LINCOLN EL PRIMER REPRESENTANTE FEDERAL MULTADO (Hedelberto Lopez Blanch)
Lincoln el primer representante federal multado
Hedelberto López Blanch
Con bombos y platillos, los medios de comunicación de Miami, (televisoras, radios y prensa escrita) todos controlados por la ultraderecha cubanoamericana, han exaltado al recién fallecido excongresista de 70 años, Lincoln Díaz-Balart quien durante su carrera política se dedicó fundamentalmente a imponer arbitrarias leyes en el Congreso contra Cuba.
Lincoln tuvo que retirarse en 2011 por padecer cáncer y durante su carrera fue autor de varias "sanciones" para arreciar el bloqueo contra Cuba asi como fiel partidario del uso de la violencia militar contra su propio pueblo que lo vio nacer en La Habana en agosto de 1954.
Su carrera política comenzó como demócrata, pero luego cambió al Partido Republicano. Sirvió en la Legislatura de Florida, primero como representante estatal de 1986 a 1989, y luego como senador hasta 1992. Desde su llegada al Congreso Federal, en 1993, hasta su retiro en 2011 trabajó para mantener la presión contra Cuba.
Entre sus aberraciones contra la Isla del Caribe se cuentan la del 27 de agosto de 1994, cuando recomendó a la Casa Blanca permitir a los terroristas de Miami lanzar ataques contra el archipiélago desde el territorio estadounidense.
Lincoln y el grupo Comandos L, llegaron a exigir una suspensión “temporal” de la Ley de Neutralidad, con el propósito de lanzar operativos armados contra la nación caribeña.
Asimismo se dirigió en dos oportunidades a la presidenta panameña Mireya Moscoso para que indultara al terrorista Luis Posada Carriles, (iba a estallar bombas en el paraninfo de la Universidad lleno de estudiantes donde debía hablar Fidel Castro durante la Cumbre Iberoamericana en 2000) y cuya liberación reclamó luego de su llegada ilegal al territorio norteamericano.
En 2011 intentó reorganizar el grupo mafioso clandestino La Rosa Blanca, que había sido creado por su padre, Rafael Díaz-Balart, exministro del Interior del régimen dictatorial de Batista.
Pero los medios de comunicación no cuentan algunas de las artimañas ilegales que cometió el fallecido excongresista, como la relatada por el periodista Dan Christensen en el semanario Miami Daily Business Review, fechado el 6 de noviembre de 2000 y que informaba que "miles de dólares en pagos excesivos; contribuciones prohibidas para las campañas, y aproximadamente 114 000 dólares en efectivo perdidos, están entre los hallazgos de los interventores de la Comisión de Elecciones Federales (FEC) que había examinado las finanzas del Comité para la reelección del representante Lincoln Díaz-Balart".
La auditoria, que cubrió 1997 y 1998, también encontró que el comité político del republicano en su cuarto término no registró públicamente 100 637 dólares en desembolsos de la campaña; 35 720 dólares por ingreso de interés y 9 500 en contribuciones de los "comités de fiesta, los de acciones políticas y otros", señalaba el extenso artículo.
Más allá de los números y análisis, indicaba el semanario, el informe de 13 páginas describía que su oficina del Congreso estuvo renuente a cooperar con los interventores de la FEC, y en el peor de los casos los engañó.
Este representante, agregaba Christensen, tiene otros problemas con el FEC, pues la Revisión informó en octubre de 2000 que Díaz-Balart estaba entre los primeros miembros del Congreso que han sido multados por violar la ley de la elección que informa sobre los requisitos bajo un programa administrativo autorizado por el Congreso en 1999.
La importancia de esa información es que daba la medida de la forma en que los medios de comunicación masiva en Miami, no destacan u ocultan una noticia cuando les puede crear problemas. Solo dos o tres semanarios con poca circulación reportaron los "errores" cometidos por el comité de campaña de Lincoln.
La realidad como señalaban los semanarios Qué pasa...Miami y el Miami Daily Business Review era que Díaz-Balart "contaba con una poderosa ascendencia política dentro y fuera de la emigración cubanoamericana y puede destruir a cualquier persona o entidad que se le interponga en el camino".
Así se desarrollan los acontecimientos en Miami Dade, controlado económica y políticamente por la ultraderecha cubanoamericana y apoyada desde 1959 por las distintas administraciones de la Casa Blanca.
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