SIRIA, "UN CUENTO CHINO" O RUSO -ESTADOUNIDENSE? INTERCAMBIO DE PEONES? "UN TEMPLON POR LA CUCA"
Fri, Dec 13 at 5:52 AM
¿Siria, “un cuento chino” o ruso- estadounidense? ¿intercambio de peones? “Un templón por la cuca”
Eligio Damas
Comenzaré por aclarar dos cosas a lectores específicos, cada quien sabrá juzgar esta aclaratoria que, en algunos, pudiera ser innecesaria. Los orientales de Venezuela, llamamos “cuca”, a un dulce muy criollo, elaborado con harina y papelón, generalmente de forma redonda y achatada, como una pequeña torta. Los caraqueños la llaman catalina. En algunos casos, les hacen una especies de estrías o como puntas de las estrellas, esas que llaman puntos de distracción. Como oriental que soy, le consume con preferencia; tanto que. cuando “hago abasto” o voy de compras, un empaque de ellas siempre se viene conmigo. Lástima que ahora y desde hace años, no encuentro en parte alguna, aquel exquisito dulce criollo, delicia de nuestra niñez, llamado “papo e´ vieja”.
Templón, llaman los andinos, a un dulce hecho en base a la gelatina de la pata de res, al cual los orientales llamamos aliado. Y por supuesto, templón, viene de templar, que significa lo mismo que halar.
Estando de visita en Mérida, hace ya un arrume de años, tanto como que yo aún no había llegado a los 40, que no es lo mismo que hablar de madurez, pues esta parece infinita y, hasta algunas veces, suele ser demasiado esquiva e inalcanzable, tanto que no en todo viejo se incuba o genera, tanto que hay quienes a esa edad siguen pensando igual como si fuesen carajitos, con los mismos sueños infantiles, un primo andino, nacido en aquella linda ciudad, de madre también allá nacida y padre, mi primo hermano y hermano de la vida, nativo de Cumaná, me sorprendió diciéndome, en un mercado, “primo, te doy un templón por la cuca”.
Aquella frase, dicha por él a exprofeso, para alegrarme con un chiste, en un momento que él comía un templón y yo, una cuca, logró su efecto, tanto que reí en ese momento con estridencia, satisfacción y lo sigo haciendo cada vez que la recuerdo, cuando me nombran la palabra aliado o me como una cuca. Y, en los momentos que recuerdo a mi primo, gocho merideño, el relámpago de la tristeza, por su temprana muerte, da paso a la risa por aquella ingeniosa frase.
Lo de “un cuento chino”, pues lo que el lector sabe, una frase del lenguaje coloquial que es enredada, como el hablar chino y, que se usa para calificar algo de falso o truculento. Por lo que, lo de Siria y la fuga de Bashar al Assad, pudiera tener mucho de cuento chino o la puesta en escena de una obra ya ensayada y acordada. Alguien, muy juicioso y distinguido que escribe en Aporrea, Jaled Ali Ayoub Bazzi, cuyos nombres y apellidos hablan por sí solos, escribió, “Sorprendiendo a todos, se esfumó con su familia, dejando al mismo pueblo quien lo eligió, el ejército que lo defendió y los políticos quien lo cubrió”. Copia textual.
https://www.aporrea.org/internacionales/a336833.html
Los diarios, medios informativos, viven llenos de informaciones sobre ellos, por las circunstancias que la vida les deparó a esos pueblos de tantas religiones y dioses, como que, de un patio a otro, hay dos diferentes y de creencias, al parecer que, según cada uno de ellas, sólo debe haber una y uno, lo demás y, hasta quienes las profesen y adoren, sobran. Donde aún, subsisten tribus y con ellas pequeños Estados que reclaman independencia y hasta se sobreestiman. Y, justamente, los medios, poco hablan de sus logros, sino de guerras y matazones entre ellos. Por supuesto, el diablo o los diablos, pues, así como tienen distintos dioses deben tener también diferentes diablos, que parecieran ser de mucho peso y poder, tanto que, a esos pueblos y a sus dioses, mantienen en guerra, que parecieran ordenar el mover las manijas, pese haya, en verdad, tras bastidores, quienes por ellos eso hacen. Por supuesto, es demasiado conocido, por lo terrenal que, EEUU, incitado por sus diablos, esos que viven sentados frente a mesas contando billetes y planificando para que, en ellas, en la medida que de aquellos guardan en sus cajas ocultas, aparezcan como por arte de magia más y en abundancia, meten la mano hasta el hombro para excitar a aquellos diablos que pueden más que los dioses. Donde al parecer, el odio prevalece y el tiempo, guerras, miseria, dificultades de esas guerras eternas y permanentes, lejos de aplacarlo, lo fortalece y extiende.
Días atrás, pocos, dos o tres, de repente, se informó que el gobernante de Siria, Bashar al Assad, quien está en esas funciones desde el año 2000, en sustitución de su padre, el general Háfez al Assab, quien gobernaba desde el año 1970 dejó el gobierno y a los suyos entendiendo y se fugó. Dos días después, aparece en Moscú, con su familia y sus más íntimos. Es decir, los al Assab, padre e hijo, llevaban en el gobierno, la bicoca de 54 años. Si los eligieron, debieron ser muy buenos gobernantes, lo que hace más difícil entender, de repente ese gobierno se haya derrumbado. Pero Al Assad, se fue dejando a los suyos entendiendo y sorpresivamente, tal como escribió el articulista que antes cité.
Pero hay más. Confieso que, de eso, que de lo sucede por esos lados poco conozco; eso, que personalizando llamaría, mi interés, poco se dedica a lo que allá tan lejos sucede. Quizás, porque por los años, me he vuelto demasiado pragmático. Una buena cantidad de amigos, desde hace un buen tiempo, se reúne, en lo que ellos llaman un seminario, en el cual estudian a Platón y Sócrates. Algunos de ellos, desde el principio, pusieron interés que participase con ellos, a lo que me negué, alegando que el desafío que implica el acontecer venezolano y continental, es tan apremiante que invertir el tiempo, a mi edad, en estudiar a esos sabios griegos, es como hacer una inversión no pertinente, más bien luce como un vestirse de lujos y, en consecuencia, a alto costo y para lo que tampoco dispongo de recursos.
Recuerdo siempre una anécdota, tanto que, con frecuencia la cuento, dadas las circunstancias o pertinencia, que siendo yo profesor por horas del Liceo Cristóbal Colón de Puerto La Cruz y uno privado, el único de estos donde pude trabajar, porque era propiedad de un amigo y compañero de estudios, pues los otros “nada querían conmigo”, dada mi mala e infundada fama de “comunista”; una estigmatización por la magia o ignorancia de ellos.
Este amigo, pese ser militante de AD, pero coincidente conmigo en mucho, acerca de las técnicas y objetivos del aprendizaje, me enseñó una circular proveniente de la Zona Educativa, según la cual, se autorizaba a los partidos AD y COPEI, intervenir legalmente en las elecciones estudiantiles. Eso incluía el uso de los símbolos de esos partidos y legalizar la participación de los docentes en aquellos eventos. Enterado de eso, pues leí el oficio, fui a la oficina del director del Liceo Colón, también mi amigo y paisano a quien solicité me confirmase haber recibido tal oficio. Más viendo cómo, algunos docentes, descaradamente se estaban involucrando en un evento, inherente sólo al interés, responsabilidad y derechos de los alumnos. El director, por la entrañable amistad que había y sigue habiendo entre nosotros, me confirmó que, aquello del oficio del despacho ya mencionado, era cierto.
Por esto y dadas mis conexiones con la prensa local, en un espacio donde había diarios en Anaco, Barcelona, El Tigre y Puerto La Cruz y en los cuales publicaba artículos y ensayos de mi autoría, hice la denuncia, la que era pertinente, en virtud de la prohibición legal que sobre eso pesaba y pesa. Esta denuncia mía, encontró eco, sin que yo hiciese nada particular para ello, pues nunca llegué hablar ni una palabra, con José Vicente Rangel, siempre le vi de lejos, quien en la Cámara de diputados la mencionó en una de sus intervenciones.
Pocos días después de todo eso, llegó al Liceo Colón, una de mis alumnas del pasado, para aquel momento, estudiante avanzada de la Universidad de Oriente.
“Profesor”, me dijo la joven, después de saludarme con un efusivo abrazo, “he sido designada para invitarle a participar como ponente en un foro que se realizará, dentro de dos días, en el auditorio de la UDO. Los ponentes son tres, un dirigente de la Federación de Estudiantes de la universidad, un profesor de la misma y usted”.
Por supuesto, me alegró aquella distinción y sin duda la acepté. En principio, pensé que, aquella invitación, estaba relacionada con mi denuncia, de la cual se hizo eco la prensa y hasta José Vicente Rangel. Tengo razones profundas, desde el punto de vista pedagógico, para seguir defendiendo la prohibición que los partidos actúen legalmente en las escuelas a introducir una diatriba destinada a la alienación y no el aprendizaje y además, para generar divisiones y enfrentamientos insanos entre aquella población todavía infantil. Pues eso, es un violar los derechos de los niños y jóvenes obligados a formar su propia conocimiento, con sensatez, compañerismo y asumir las responsabilidades derivadas de todo eso.
La respuesta de la joven me dejó con la boca abierta, pues lo que ellos allá, en su ámbito universitario pensaban debatir, poco tenía que ver con mi pensar y preocupaciones inmediatas. El tema que se ventilaría en aquel foro, era la reciente invasión de la Unión Soviética a Pakistán, corría el año 1979.
Al escuchar su respuesta, le dije con un gran sentimiento de desilusión, después de ir y regresar a la mesa de trabajo, con un diario en la mano donde estaba mi denuncia, “no cuenten conmigo, pues no creo que yo, ni ustedes, deberían tener como interés primordial ese y no lo que en este diario denuncio. Esto contribuye más con la alienación de los muchachos, los divide y hasta genera enemistades. Esto dificulta más el ejercicio del pequeño derecho, uno que apenas queda, de los alumnos, a forjarse un conocimiento verdadero, con libertad y en armonía”.
“Esa guerra o invasión, por encima de lo que ustedes crean, no tiene para nosotros, para ustedes, los muchachos que allá en la UDO y aquí estudian, ni para mí, un docente cuyo interés y práctica es poner a los alumnos a aprender, hallar la verdad, la urgencia e importancia que si tiene mi denuncia y ustedes han optado por ignorar”.
“Creía que, la invitación era para que debatiéramos por esta denuncia y las razones de fondo, desde el punto de vista del aprendizaje, que tengo para hacerla”.
Todo lo anterior porque, pese sé bien que el mundo es uno sólo y sus vueltas a todos nos arrastran. Como que lo sucedido en Siria nos interesa, pese a lo dicho.
Y por lo dicho, voy a preguntarme, pues como dije, poco sé, ¿cómo un señor jefe de Estado desde el 2000, cuando sustituyó a su padre, que pudo mantenerse en el poder, pese los bombardeos a diario y por años, desde distintos espacios, particularmente desde Israel, las persistentes invasiones, de repente, dada una acción militar desde adentro, de poco respaldo, hasta ignorada, como tímida, por una facción opositora siria, coje sus peretos, ordena a sus íntimos que hagan lo mismo y, de un salto, cae en el centro de Moscú, como aquel atrevido aviador, “Matías Rust, a quien llamaron el Águila Solitaria, por recordar a Charles Limberth, en 1987, violó el espacio aéreo moscovita y en un pequeño Cessna, de dos plazas, aterrizó silenciosamente, nada más y nada menos que en plena Plaza Roja, cuando aún existía la URSS y el Partido Comunista ejercía el poder”. https://deeligiodamas.blogspot.com/2013/07/de-mathias-rust-el-aguila-solitaria.html
Habrá quien de eso hable con pertinencia, es de su interés primordial por alguna o algunas razones y hasta sobradas informaciones, como el articulista que cité. Yo, que poco sé de eso y, como ya dije, no miro tan lejos ni tan ancho, por poca vista y menos interés, pienso que, en eso hay como un cambalache; te doy un alfil por uno tuyo, mientras los otros, caballos, reyes y reinas de ambos, siguen en pie. “Te cambio un templón por tu cuca”. Creo y más que esto, he escuchado hablar a fantasmas y leído entre señales de humo por encima del horizonte, no de montañas porque en mi espacio no hay ninguna cerca, todo es liso o llano, significa que Zelensky, el de Ucrania, está en la lista. Es un peón. Los grandes poderes, a los chiquiticos y hasta minusválidos, los usan como piezas de poco valor, que en efecto lo son e intercambiables, cual peones.
La salida de al Assad, tiene mucho de “cuento chino”.
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