TRUMP , SOBRE VENEZUELA , TIENE MUCHOS ANALISTAS DE CABEZA, GRENELL, ASEGURA QUE, MO HABRA A CONCESIONES, PERO ESTAS EMERGEN(Eligio Damas)
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Eligio Damas
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George Diaz
Mon, Feb 3 at 1:40 PM
Trump, sobre Venezuela, tiene a muchos analistas de cabeza. Grenell, asegura que, no habrá a concesiones, pero estas emergen
Eligio Damas
Nota: Los venezolanos, de años atrás,
solíamos decir, “lo que está a la vista,
no necesita anteojos”.
Por Trump, muchos estamos a la expectativa, cada quien interpreta lo que dice y hace, al caletre, como le conviene y llena sus deseos; otros miran como, sus palabras y hechos, se mueven zigzagueantes; en veces hasta chocando. Pues él tampoco la tiene fácil, desde la perspectiva diplomática, por sus viejas querencias y lo que espera mucha gente.
La historia, por el estudio de ella, en buena medida mi trabajo, pues fui docente por más de cuarenta años en esa especialidad y no tratando de asumirla como un cuento que se le repite a los alumnos, sino intentando interpretarla, desde el hombre primitivo y los distintos comportamientos de las agrupaciones humanas, según fuesen nómadas o sedentarios. Y, no sólo eso, he escrito una infinidad de artículos y ensayos sobre el particular y, hasta escribí hace años, un libro sobre la historia regional, del oriente venezolana en la época de la lucha por la independencia, inserto dentro de la estrategia que manejo de combatir el centralismo, que ha sometido a lo que los caraqueños aún llaman “la provincia”.
La historia hay que asumirla como ella acontece para encontrar respuestas pertinentes. Hay que poner todo lo pertinente en la bandeja o en el campo de observación. Conducta que podría servirles a los políticos para diseñar sus estrategias. Pero hay que tener claro que, el político militante, es un combatiente que, en el caso de los países donde hay con frecuencia consultas electorales o enfrentamientos al margen de la legalidad, por el poder o control del Estado, suele apelar a cualquier arma, como la difamación, el embuste, obviar lo que no le conviene y entonces de manera interpretar el acontecer de manera convencional, es decir se cae a embustes así mismo, como para ser más coherente y original, cuando se dirige a quienes se quiere ganar. Y por esto último, no conforme con esa, su convencional interpretación, la divulga. Y cuando hablo de políticos, incluyo a periodistas que, en el desempeño de su rol “profesional”, proceden de la misma manera.
Hago esta advertencia, porque observo a supuestos analistas de la actual coyuntura venezolana, particularmente en lo atinente a la participación de Trump, que no la manejan como historiadores, sino políticos, que tienen una meta y propósito, derrotar a alguien. Y siendo así, se vuelven creativos, hasta ilusionistas y prestidigitadores que sacan de su sombrero, acabando de retirarlo de la cabeza, todo lo que quieren, como esconden lo que pudiera contradecirles.
Ese determinismo los lleva a percibir o interpretar las cosas, no tal como acontecen, en su totalidad, observar el amplio y variado escenario, sino dentro de este, si tienen el talento y agudeza para mirarlo con claridad y medir el ritmo del movimiento con exactitud, se limitan, como los pájaros, a picotear y atrapar sólo lo que les gusta, agrada y conviene. Y, sólo con esos granos, recogidos con cuidadosa y escrupulosa preferencia, elaboran su discurso, supuesto análisis y hacen sus predicciones, a la medida, como un sastre exquisito.
Esto sucede siempre, pero ahora, con los movimientos de Trump, esos “analistas”, ya predispuestos, sacan sus conclusiones, pese aún, el cuadro, pertinente a las relaciones que vendrán entre EEUU y Venezuela, el de la política que, en definitiva, asumirá frente a Venezuela, no se ha explayado lo necesario, pero si está enseñando cosas que no permiten a nadie, salvo a quienes están muy cerca del ahora habitante de la Casa Blanca, fundamentar un juicio definitivo, como que viene con lo mismo. Podría haber, incluso, muchas sorpresas; pero es mejor esperar que el telón se recoja y deje ver todo el escenario, lo que está aconteciendo y lo que estaría por acontecer. Lo que no cabe duda es que, Trump, hará lo que ahora conviene a quienes controlan el capital estadounidense y no a ninguna figura de poca significación para él y los suyos, que pudiera llevarlo al fracaso, más cuando ensayos anteriores han terminado en eso.
Es un absurdo y hasta una manera de subestimar a Trump, pese parecieran adorarlo, pensar que este y sus asesores más inteligentes, perciben al gobierno venezolano como antes. La coyuntura venezolana de ahora es totalmente distinta a aquella de los tiempos de Obama y el primer gobierno de Trump.
Un simple sondeo o visión ligera de los acomodos grupales y hasta clasistas en la actual circunstancia venezolana, muestra cuánta diferencia hay hoy con respecto al pasado. Tanto que, factores antes enfrentaban al gobierno y abogaban por las sanciones, hoy se han desmarcado de esa posición. Quien eso no vea, no es porque está ciego, sino porque no quiere verlo, dado que le desmonta su convencional percepción, en la que se fundamenta para el desarrollo de sus objetivos.
Pero también es verdad que, muchos que antes estuvieron de acuerdo con el gobierno de Chávez y con el de Maduro, en sus primeros momentos, como el PCV y otros tantos grupos, ahora lo adversan porque conciben sus políticas ajenas a sus aspiraciones, personales y colectivas; tanto que, hasta las califican contrarias a la clase obrera, en favor del capital privado y de los intereses estratégicos de EEUU. Obama, declaró a Venezuela o su gobierno, “una amenaza inusual y extraordinaria”, porque percibió que el discurso e iniciativas hasta a nivel continental, como su influencia en América Latina, así lo parecía indicar. Pero el cuadro de hoy es absolutamente distinto a eso. Lo que no quiere decir que se han producido cambios por una entrega deliberada, sino como resultado del acontecer, lo que pudiera estar determinado, por un anterior mal proceder derivado de un inadecuado diagnóstico y los efectos destructivos de las sanciones. Y en ese caso es válido decir aquello, que “lo que es bueno para el pavo lo es para la pava”.
Aquel discurso retador de Chávez, por demás conocido y sus posturas, cambiaron radicalmente, tanto que Maduro, con absoluta pertinencia, aboga por una relaciones con respeto mutuo, tal como lo acaba de declarar después de su entrevista con el diplomático recién enviado por Trump.
Según una información que corre en las redes, el “expresidente interino”, el señor Juan Guaidó, al tener conocimiento que el enviado a Venezuela por Trump, el señor Richard Grenell, se entrevistó con Maduro, dado que su misión parece tener más contenido y fines que lo que muchos desean, borró apresuradamente un mensaje que había puesto en las redes, al darse cuenta que había incurrido en un error, si no el de mentir, si dar una opinión contraria a la realidad, como que aquello no iba a suceder.
Y es también distinta la coyuntura mundial. Los políticos fracasados, de lo que hay mucho en todos los espacios, están, determinantemente, entre quienes perciben al mundo y sociedad toda como paralizada y, pese la realidad, les demuestra que, sus instrumentos fueron y siguen siendo obsoletos, no los cambian. Es como el mecánico o albañil, a quien las herramientas ya no le sirven o le dan poco rendimiento y siguen aferrados a ellas .
Si algo es común a la determinante mayoría de los políticos, es la persistente actitud de negarse a reconocer sus errores ante el público y lo peor es que, ni a su propia conciencia y conocimiento, le hacen esa concesión y por eso, suelen terminar fracasando. Pues el mundo no se mueve como ellos quieren. Como que la conducta de Trump, de ahora en adelante, no va a obedecer a los deseos de quienes aquí hacen oposición o gobiernan, sino en correspondencia con los intereses del gran capital de su país y tal como perciban en la Casa Blanca la coyuntura mundial.
De donde, esperar que Trump vuelva a repetir lo de antes, como restaurar la presidencia interina, por decir algo o volver con lo de los "contratistas", para invadir a Venezuela, pese que Jordan Goudreau, el de la "Operación Gedeón", acaba de denunciar públicamente toda la trama y los promotores de ella, es subestimarle. Pues Trump, pese su intemperancia, en lo que pareciera haber más bien mucho histrionismo muy bien premeditado, no parece ningún tarado.
Valoremos lo que dice esta noticia, según la cual se ha renovado la licencia a Chevrón para seguir operando, y en la misma se comenta: “La renovación de esta licencia coincide con un encuentro diplomático significativo entre Richard Grenell, enviado especial del presidente estadounidense Donald Trump, y su homólogo venezolano Nicolás Maduro, en Caracas”.
Por su parte, Grenell, en el mismo estilo, un poco a lo Cantinflas, pese lo de Chevrón, asegura, según The Wall Street Journal, “que no se ofrecieron concesiones económicas ni políticas a Maduro como parte del acuerdo”. Y que el “único premio para Maduro fue mi presencia física, el primer alto funcionario estadounidense que visitaba el país en años”, declaró el funcionario. En lo que parece como “echar de su pecho maravilla". Pero, ese primer avance, su “presencia física”, es el reconocimiento al gobierno, sin dejar pasar por alto que, él mismo admite “la posibilidad de mejorar las relaciones bilaterales”. Y no creo, haya tantos tontos que pudieran estar esperando que la visita suya tenía como fin ese que él niega. Él hizo lo que todo sensato espera, establecer un contacto y en base a cualquier hasta insignificancia, hasta esa de los puestos en libertad, empezar abrir compuertas. Lo que se suele llamar un tanteo.
https://www.aporrea.org/internacionales/n400791.html
Trump pudiera, en accionar y hablar, en veces hasta como contradiciéndose, estar elaborando un camino y hasta trampa donde, más de uno pudiera perderse o quedar ensartado. ¿Cómo entender que mientras voceros de la Casa Blanca, dicen que el presidente Trump no reconoce al gobierno de Maduro, al mismo tiempo, aquél envía al señor Richard Grenell, a entrevistarse con éste, lo que ya está probado aconteció? ¿Este gesto, acaso, no es de hecho, por encima del discurso truculento, un reconocimiento? Y, es más, de eso, salieron dos acuerdos, la puesta en libertad de varios detenidos de nacionalidad estadounidense y que Venezuela reciba repatriados.
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